SACERDOTES CATÓLICOS LEGÍTIMAMENTE CASADOS

SACERDOTES CATÓLICOS LEGÍTIMAMENTE CASADOS

Muchos fieles no lo saben, pero el celibato no es un dogma de fe, es decir, una verdad revelada y declarada cierta conciliarmente o mediante la intervención ex cathedra del Sumo Pontífice. Es una disciplina que adoptó la Iglesia latina y que tiene un valor moral y en la Tradición, pero que como tal es una convención cultural, valiosa sí, pero no incontestable. Existen presbíteros y diáconos católicos, en comunión con el Papa de Roma, que están casados y fueron debidamente ordenados, por supuesto, bajo un contexto lícito y definido apropiadamente.

Los sacerdotes diocesanos no hacen un voto de celibato. Éste sólo lo profesan todas las órdenes religiosas, como uno de sus tres votos, obediencia, pobreza y castidad, ligado a la antigua "tonsura" de los hombres. El Catecismo de la Iglesia y el Código de Derecho Canónico sí explicitan que todo sacerdote de rito latino ordenado debe mantener una vida de contención sexual; esto es entendido como un don de Dios para los pastores de la Iglesia, un signo particular de su vocación. No obstante, no es una verdad de fe que para las órdenes sagradas sea inherente un estado de castidad. Los textos bíblicos y patrísticos dan fe de la existencia y aceptación en las primeras comunidades cristianas, de presbíteros con esposa y familia.


Hay que aclarar que la Iglesia, además del rito latino ordinario y extraordinario, tiene muchos más. Están en comunión con el primado de Roma, veintitrés iglesias orientales sui iuris o por derecho propio, por ejemplo, maronitas, greco ucranianos, greco melquitas, católicos coptos, caldeos, que mantienen un rito y disciplinas particulares. Eso incluye permitir el acceso a las órdenes sagradas tanto a monjes como a hombres casados. Por otro lado, los obispos, metropolitas y patriarcas deben provenir de la vida religiosa o ser viudos.

Se da la misma oportunidad para el rito latino u occidental, a hombres en circunstancias especiales, a modo de excepción. Por ejemplo, a ministros episcopales o veterocatólicos con esposa e hijos y que decidan convertirse al catolicismo Romano, se les puede invitar al sacerdocio. También existen los llamados "ordinariatos personales" anglicanos, parroquias conservadoras de esta confesión que decidan en su totalidad entrar en plena comunión con Roma. Se les permite mantener su liturgia y la condición de casados de sus sacerdotes. En síntesis, sí hay presbíteros católicos canónicamente ordenados, que son también lícitamente esposos y padres naturales.

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