¿La Iglesia Católica Romana excomulgó a la Iglesia Vetero Católica?

 ¿La Iglesia Católica Romana excomulgó a la Iglesia Vetero Católica?



La Iglesia Vetero Católica nunca ha sido excomulgada. Tomo lugar una estrategia política y Roma nunca resolvió el problema. Fue hasta los años 1960’s que la Iglesia de Roma empezó a investigar que ocurrió exactamente. El día 4 de marzo de 1966, el Cardenal Agostino Bea, después de examinar todo el caso, escribió un documento formal diciendo que no podía encontrar violación contra la Iglesia Vetero Católica y oficialmente fue removida la censura. También dijo: ”aunque la Iglesia de Utrech sufrió una injusticia, espero que un día regrese en completa unión con la Iglesia de Roma”.

¿Roma considera válidos a los sacerdotes de la Iglesia Vetero Católica?




La Iglesia Vetero Católica es parte del cuerpo “Católico” y nosotros seguimos las enseñanzas universales de la única santa, católica, y apostólica Iglesia. Por esta razón, Roma dice que nosotros somos “validos en sacramentos y órdenes”. Nosotros hemos mantenido intacta la sucesión apostólica, y por ésta razón, nuestros obispos son Obispos Católicos, y nuestros sacerdotes son Sacerdotes Católicos. Cuando administramos los sacramentos, son los mismos sacramentos que se reciben del clero Romano.

¿Cómo ven los Vetero Católicos al Papado?



Nuestro Señor le dijo a San Pedro “sobre esta roca edificaré mi Iglesia”. Cristo les preguntó a los Apóstoles quien era Él. Pedro dio un paso hacia delante y con fe Pedro contestó correctamente. La fe de Pedro era la “roca” y por esta razón reconocemos a Pedro como “el primero entre los Apóstoles” demostrando la fe que nuestro Señor estaba buscando. Todos los Apóstoles son iguales como lo mandó Cristo y vemos a San Pedro como el “Primero entre los Iguales”. El sucesor de San Pedro, el Papa, es el primero entre los iguales y es elegido por sus iguales para gobernar la Iglesia. Por esta razón rezamos por nuestro Santo Padre durante el Canon de la Misa, como también oramos por nuestro propio obispo y todos los obispos de la Santa Iglesia Católica.

Entonces, ¿Qué pensamos de la infabilidad Papal?




Todos los apóstoles de Nuestro Señor son “iguales” cómo lo mandó Cristo y todos los obispos que son sucesores de los Apóstoles comparten el mismo poder. Toda la autoridad de la Iglesia descansa en el Episcopado Ortodoxo Católico, unidos por la profesión de la fe, por los sacramentos, por mutuo reconocimiento y actual inter-comunión. El Episcopado es una institución divina que gobierna la Iglesia Universal. Ninguna persona es infalible porque el hombre, por su naturaleza, es siempre sujeto a error y hasta pecado. El Papa es “El primero entre los Iguales” y únicamente como la “voz de sus iguales” para la Iglesia Católica Romana. El Papa no es infalible pero predica una fe infalible. Si recordamos que Pedro, el “primero entre los Apóstoles” también fue en primero en negar a Cristo y lo negó tres veces. Entonces nos damos cuenta que ningún hombre es INFALIBLE.

¿Qué pensamos del Concilio de Trento (1545) y el Concilio Vaticano II (1964)?




Los Obispos presentes en el Concilio de Trento y en el Concilio Vaticano II eran los Obispos Católicos Romanos y no estuvieron presentes los Obispos Católicos y Ortodoxos de la Iglesia Universal. Por esta razón, estos concilios no son reconocidos como “Ecuménicos” de la Iglesia Universal. Algunos cambios que surgieron después de estos concilios fueron buenos pero no se tiene que obedecer completamente. En concilio solamente puede ser “infalible” cuando todos los obispos Católicos y Ortodoxos se unen ecuménicamente y se conoce la opinión de toda la Iglesia. Esto sucederá cuanto todo el cisma y separación entre obispos termine.

¿Puede casarse un sacerdote católico?




Tomando en consideración que la Iglesia Católica a existido por más de 2000 años, nos encontramos que el celibato es una innovación nueva dentro de la Iglesia (Concilio de Trento 1545). En la Iglesia primitiva, los diáconos, los sacerdotes y los obispos se podían casar. Varios de los Apóstoles eran casados y en la epístola de San Pablo (Tim I) encontramos una exhortación que los obispos pueden tener ¡solamente una esposa!

Muchas de las Iglesia Orientales que están unidas con la Iglesia Romana tienen sacerdotes casados.




Como Vetero Católicos, nosotros seguimos las enseñanzas primitivas de la Iglesia y por ésta razón, nosotros preferimos que el hombre escoja su estado de vida dentro de la Iglesia. Muchos sacerdotes preferían el celibato y otros el matrimonio. La decisión es voluntad propia sin arrepentimientos futuros.

JERARQUÍA DE LA IGLESIA CATÓLICA

LA IGLESIA CATÓLICA Y SU CONSTITUCIÓN JERARQUICA SEGÚN LA TRADICIÓN ANTIGUA

Pbro. Freddy Andrade 

Aportes e Ilustraciones Pbro. Adams Rodríguez 

De San Ignacio tenemos el primer testimonio que se ha conservado en donde se llama a la Iglesia cristiana “Iglesia Católica”. Escribe: “donde quiera que esté Jesucristo, allí está la Iglesia Católica”. Arroja también mucha luz sobre la organización jerárquica de la Iglesia de su tiempo, pues dirige sus cartas a iglesias destinatarias que contaban con una jerarquía tripartita perfectamente definida: un obispo que las gobernaba (episcopado monárquico), un colegio de presbíteros subordinado a él, y uno o más diáconos.



“Seguid todos al obispo, como Jesucristo al Padre, y al colegio de ancianos como a los Apóstoles; en cuanto a los diáconos, reverenciadlos como al mandamiento de Dios. Que nadie sin contar con el obispo, haga nada de cuanto atañe a la Iglesia. Sólo aquella Eucaristía ha de tenerse por válida que se celebre por el obispo o por quien de él tenga autorización. Dondequiera que apareciere el obispo, allí esté la muchedumbre, al modo que dondequiera que estuviere Jesucristo, allí está la Iglesia Católica. Sin contar con el obispo, no es lícito ni bautizar ni celebrar la Eucaristía; sino, más bien, aquello que él aprobare, eso es también lo agradable a Dios, a fin de que cuanto hiciereis sea seguro y válido.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Esmirniotas 8,1-2)




“Como quiera, pues, que en las personas susodichas contemple en la fe a toda vuestra muchedumbre y a todos os cobré amor, yo os exhorto a que pongáis empeño por hacerlo todo en la concordia de Dios, presidiendo el obispo, que ocupa el lugar de Dios, y los ancianos, que representan el colegio de los Apóstoles, y teniendo los diáconos, para mí dulcísimos, encomendado el ministerio de Jesucristo, el que antes de los siglos estaba junto al Padre y se manifestó al fin de los tiempos.”  (Ignacio de Antioquía, Carta a los Magnesios 6,1)


“Síguese de ahí que os conviene correr a una con el sentir de vuestro obispo, que es justamente lo que ya hacéis. En efecto, vuestro colegio de ancianos, digno del nombre que lleva, digno, otro si, de Dios, así está armoniosamente concertado con su obispo como las cuerdas de una lira.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Efesios 4,1)




“Así, pues, a todos vosotros tuve la suerte de veros en la persona de Damas, obispo vuestro digno de Dios, y de vuestros dignos presbíteros Bajo y Apolonio, así como del diácono Soción, consiervo mío, de quien ojalá me fuera a mí dado gozar, pues se somete a su obispo como a la gracia de Dios y al colegio de ancianos como a la ley de Jesucristo.”  (Ignacio de Antioquía, Carta a los Magnesios 2,1)


Lo mismo se observa a lo largo de sus epístolas (Carta a los Efesios 1,3; 3,2; 4,1; Carta a los Magnesios 2; 3,1; 6,1; 7,1; 13,1; 15,1; Carta a los Trailianos 1,1; 3,1; 12,2; Carta a los Filadelfios 1; 3,2; 7,1-2; Carta a Policarpo 1; 6,1; Carta a los Esmirniotas 8,1-2; 12,2.)


Algo importante en todo esto es que San Ignacio habla a una audiencia de la cual asume que al igual que él conoce bien que esta estructura jerárquica la tienen todas las iglesias cristianas:


“Mas comoquiera que la caridad no me consiente callar acerca de vosotros, de ahí mi propósito de exhortaros a que corráis todos a una con el pensamiento y sentir de Dios, pues Jesucristo, vivir nuestro del que nada ha de ser capaz de separarnos, es el pensamiento del Padre, al modo que también los obispos, establecidos por los confines de la tierra, están en el pensamiento  y sentir de Jesucristo.”   (Ignacio de Antioquía, Carta a los Efesios 3,2)


Esto apoya la tesis tradicional de que el episcopado monárquico ha tenido su origen en los propios apóstoles, y por lo tanto, en Jesucristo mismo, y no ha sido, como ha supuesto buena parte de la teología contemporánea, un tardío desarrollo de la doctrina cristiana. A este respecto explica el historiador y patrólogo Daniel Ruiz Bueno:


“Este ha sido por largo tiempo otro de los tropiezos de la crítica para admitir la autenticidad de las cartas de San Ignacio, pues con ellas había de tragarse un episcopado monárquico y una jerarquía perfectamente definida a fines del siglo I, con lo que caían por tierra muchas caras teorías. Pero las teorías son las teorías y los textos son los textos. Ahora bien, los textos de las cartas ignacianas nos atestiguan con absoluta diafanidad y con machacona insistencia que cada Iglesia –Antioquía, Esmirna, Éfeso, Trales, Filadelfia – tiene a su cabeza un ἐπίσκοπος, “intendente, inspector”, autoridad suprema en la comunidad, que se agrega como dependiente y subordinado suyo, un πρεσβυτέριον, colegio de “ancianos” que le asiste como una especie de “senado”, y un tercer cuerpo de diáconos o ministros.”


 El historiador católico José Orlandis añade:


“Muchas iglesias del siglo I fueron fundadas por los Apóstoles y, mientras éstos vivieron, permanecieron bajo su autoridad superior, dirigidas por un colegio de presbíteros que ordenaba su vida litúrgica y disciplinar. Este régimen puede atestiguarse especialmente en las Iglesias paulinas, fundadas por el Apóstol de las Gentes. Pero a medida que los Apóstoles desaparecieron, se generalizó en todas partes el episcopado monárquico, que ya se había introducido desde un primer momento en otras iglesias particulares. El obispo era el jefe de la Iglesia, pastor de los fieles, y en cuanto sucesor de los Apóstoles, poseía la plenitud del sacerdocio y la potestad necesaria para el gobierno de la comunidad.”




La herejía y el cisma

Para San Ignacio la sucesión de obispos en línea directa hasta los apóstoles es uno de los pilares necesarios para que la Iglesia se mantenga incorruptible y no ceda a la tentación de caer en herejías y cismas:




“Así, estando en medio de ellos, di un grito, clamé con fuerte voz, con voz de Dios: “¡Atención a vuestro obispo, al colegio de ancianos y a los diáconos!” Cierto que hubo quien sospechó que yo dije eso por saber de antemano la escisión de algunos de ellos; pero pongo por testigo a Aquel por quien llevo estas cadenas, que no lo supe por carne de hombre. Fue antes bien el Espíritu quien dio este pregón: “Guardad vuestra carne como templo de Dios. Amad la unión. Huid de las escisiones. Sed imitadores de Jesucristo, como también Él lo es de su Padre.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Filadelfios 7,1-2)


“A lo que sí os exhorto ―pero no yo, sino la caridad de Jesucristo― es a que uséis sólo del alimento cristiano y os abstengáis de toda hierba ajena, que es la herejía. Los herejes entretejen a Jesucristo con sus propias especulaciones, presentándose como dignos de todo crédito, cuando son en realidad como quienes brindan un veneno mortífero diluido en vino con miel. El incauto que gustosamente se lo toma, bebe en funesto placer su propia muerte. ¡Alerta, pues, contra los tales! Y así será con la condición de que no os engriáis y os mantengáis inseparables de Jesucristo Dios, de vuestro obispo y de las ordenaciones de los Apóstoles. El que está dentro del altar es puro; mas el que está fuera del altar, no es puro. Quiero decir, el que hace algo a espaldas del obispo y del colegio de los ancianos, ése es el que no está puro y limpio en su conciencia.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Tralianos 6-7)


Identifica la herejía como un pecado gravísimo, incluso más que el adulterio, porque corrompe la verdadera fe:


“Ahora bien, si los que cometen ese pecado [adulterio] según la carne merecen la muerte, ¡Cuánto más el que corrompa, con su mala doctrina, la fe de Dios, por la que Jesucristo fue crucificado! Ese tal, convertido en un impuro, irá al fuego inextinguible y, lo mismo que él, quienquiera lo escuchare.


La causa, justamente, porque el Señor consintió recibir ungüento sobre su cabeza, fue para infundir incorrupción a la Iglesia. No os dejéis ungir del pestilente ungüento de la doctrina del príncipe de este mundo, no sea que os lleve cautivos lejos de la vida que nos ha sido propuesta como galardón” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Efesios 16,2; 17,1-2)


“Que nadie, pues, os engañe, como, en efecto, no os dejáis engañar, siendo como sois, íntegramente de Dios. Porque como sea cierto que ninguna herejía, que pudiera atormentaros, tenga asiento entre vosotros, prueba es ello de que vivís según Dios.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Efesios 8,1)


Añade también que aquellos que han caído en herejía pueden arrepentirse y volver al seno de la Iglesia Católica:


“Ahora bien, por lo que a mí toca, hice lo que me cumplía como hombre siempre dispuesto a la unión; porque donde hay escisión e ira no habita Dios. Eso sí, a todos los que se arrepienten les perdona el Señor, con la condición de que su arrepentimiento termine en la unidad de Dios y en el senado del obispo. Yo confío en la gracia de Jesucristo, que Él desatará de vosotros toda ligadura. Sin embargo, yo os exhorto a que nada hagáis por espíritu de contienda, sino cual dice a discípulos de Cristo.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Filadelfios 8,1-2)


“Apartaos de las malas hierbas, que no cultiva Jesucristo, pues no son los herejes plantación del Padre. Y no lo digo porque hallara yo entre vosotros escisión; lo que hallé fue limpieza. Y es así que, cuantos son de Dios y de Jesucristo, ésos son los que están al lado del obispo. Ahora que, cuantos, arrepentidos, volvieren a la unidad de la Iglesia, también ésos serán de Dios, a fin de que vivan conforme a Jesucristo. No os llevéis a engaño, hermanos míos. Si alguno sigue a un cismático, no hereda el reino de Dios. El que camina en sentir ajeno a la Iglesia, ése no puede tener parte en la pasión del Señor.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Efesios 8,1)


Importante es además congregarse en comunidad en la Iglesia, y contrasta esta actitud con la del soberbio que dice tener fe pero no acude a la reunión de los fieles:


“Que nadie se llame a engaño. Si alguno no está dentro del ámbito del altar, se priva del pan de Dios. Porque si la oración de uno o dos tiene tanta fuerza, ¡Cuánto más la del obispo juntamente con toda la Iglesia! Así, pues, el que no acude a la reunión de los fieles, ése es ya un soberbio y él mismo pronuncia su propia sentencia. Porque escrito está: Dios resiste a los soberbios. Pongamos, por ende, empeño en no resistir al obispo, a fin de estar sometidos a Dios.” (Ignacio de Antioquía, Carta a los Efesios 5,2-3)

TRAS LAS PISTAS BÍBLICAS DE LA SUCESIÓN APOSTÓLICA

TRAS LAS PISTAS BÍBLICAS DE LA SUCESIÓN APOSTÓLICA - Un acercamiento a la vida de Timoteo.

Artículo del PRODEF

Aportes y Gráficos Pbro. Adams Rodríguez 

Los "ancianos" (presbíteros) eran ordenados por medio de la imposición de manos, inicialmente de los propios Apóstoles quienes instituyen este Ministerio (Hechos 14:23) y posteriormente, ordenados por los propios Obispos al frente de presbiterios (1 Timoteo 4:14)




Timoteo, así fue ordenado: 


14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado Mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio (1 Timoteo 4)


Los Obispos, estaban al frente de los Presbiterios: 


1 No reprendas con dureza al presbítero; al contrario, aconséjalo. (1 Timoteo 5)


Por la Tradición e historia, sabemos que Timoteo, fue nombrado Obispo de Efeso por San Pablo una vez que ya era Presbítero. Fué un Obispo SOLTERO y como tal, tenía autoridad de nombrar Presbíteros.


"No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos. Consérvate puro." (1 Timoteo 5,22)


Un Presbítero con cargo Apostólico de Obispo, que inicialmente fue ordenado Presbítero por el Obispo al cargo del colegio de presbíteros, nombra a su vez, Presbitreros mediante la imposición de manos.


Muchas denominaciones evangélicas, repiten este signo de la imposición de manos cuando designan PASTORES, sólo que no tienen sucesión apostólica para hacerlo. 


En la Iglesia católica, el ministerio que ejercen nuestros sacerdotes, que siendo del sacerdocio universal, están consagrados al Pueblo de Dios en el Ministerio que ejercen, tiene por nombre OFICIAL: Ministerio de los PRESBITEROS.


LA SUCESIÓN APOSTÓLICA DE LA IGLESIA DE JESÚS FUE DISCEMINADA POR LOS APÓSTOLES DE LA SIGUIENTE MANERA.

NO POR ESTAR CONSTITUIDA EN DIFERENTES LUGARES Y RITOS DEJA DE SER CATÓLICA, PUES AHÍ ES DONDE SE DEMUESTRA QUE SER CATÓLICO VA MAS ALLÁ DE UNA SEDE, SINO QUE TRASCIENDE PUES SE FUNDAMENTA EN LA SUCESIÓN APOSTÓLICA, LOS SACRAMENTOS, LA TRADICIÓN, LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y LA EUCARISTÍA COMO SÍMBOLO DE UNIÓN CON CRISTO.

La Iglesia de Jerusalén fue la Primer Comunidad o Iglesia Cristiana Católica Constituida con Sucesión del Apóstol Santiago Primer Apóstol Martir, hoy guiada por tres Patriarcados. 


La Iglesia Siríaca con Sucesión del Apóstol Pedro es la segunda en Conformarse.


Sigue la Iglesia o Comunidad Copta, con Sucesión Apostólica del Apóstol Marcos.


Se le une entre las primeras Comunidades la Iglesia de Chipre, con Sucesión del Apóstol Pablo y Bernabé. 

Para el Año 52 el Apóstol de la Fe renovada Tomás, funda la Comunidad Cristiana en India, lo que le gana su martirio, dando vida la Iglesia Malankara.


Sguida la Iglesia de Alejandría, con Sucesión del Apóstol Marcos, hoy es disputada por tres Patriarcados. 


Luego Los Apóstoles Bartolomé y Judas Tadeo dejan su Sucesión para conformar la Iglesia Armenia.


Por su parte Los Apóstoles Pedro y Pablo, pilares apostólicos de nuestra Fe, dejan su Sucesión en Antioquía, la cual hoy es guiada por 5 Patriarcados que ejercen la labor Pastoral en perfecta armonía y UNIDAD, demostrando que la Iglesia de Jesús es UNA. 



La labor Apostólica se fue esparciendo, sin embargo la Religiones Dominantes en la Época junto a las Maonarquías Reinantes hicieron que el establecimiento de estas comunidades demorarse un poco más, pero hoy son los más grandes e importantes Patriarcados de la Iglesia Católica.






Finalmente luego de una trayectoria por los Pueblos Rus, la Germánia, Hispánia y la Franquia, Andrés deja su Sucesión en estás comunidades, dando espacio a la conformación de la Iglesia Rusa. 


Aunque la Geografía, la Cultura, la Tradición, el Rito, las Diferencias Humanas y Teológicas que han llevado a una separarse de otra, hacen a cada Iglesia Única, pero todas están unidas en la Fe al Único Dios y Señor Jesucristo. 

Que todos sean uno como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Evang. Juan 17:21

¿Católico Apostólico es Igual a Romano?

Hoy queremos responder la pregunta que hacen algunas personas. 

Publicación de Pbro. John Buitriago Sacerdote Anglicano

Aportes del Pbro. Adams Rodríguez Sacerdote Veterocatólico


1. Rvdo, Padre, los Veterocatólicos, Anglicanos, Ortodoxos son católicos?

 R/. Sí somos católicos. 


Lo que pasa Rvdo es que, el Sacerdote de X o Y parroquia Católica Romana, nos dicen que no.

R/. Miren, somos católicos pero no romanos, estamos dentro de la Santa Iglesia católica, pero no bajo la autoridad del obispo de Roma ( papa Francisco).

Encuentro de S.E.R. Monseñor Brend Wallet actual Arzobispo de la Iglesia Veterocatólica- Unión de Utrecht.

2. Que sí podemos ser católicos sin la autoridad de Roma?

 R/. claro que sí.

Partamos de la palabra católico, esta viene del griego Katolicos igual a universal. El primero en llamar a la iglesia católica la única que fundó Cristo, fue San Ignacio de Antioquia en el año 110 Parte de la Iglesia de Oriente (Ortodoxa). Los veterocatólicos, anglicanos y ortodoxos tenemos muy claro que nuestro Señor Jesucristo sólo fundó una Iglesia Mt. 16, 13-18. Pero la fundó sobre los apóstoles siendo Cristo mismo la piedra angular. Ef.2,20. La misma autoridad que le dio a Pedro que era moral se la dio a los  otros apóstoles Mt. 18,18 osea una autoridad de unidad, así como la tiene el Arzobispo de Utrecht, Canterbury, Los Patriarcas de Jerusalén, Constantinopla, Antioquía, Rusia, Grecia, entre otros.

El Papa Francisco recibiendo la Bendición Apostólica de parte de S.E.R. Monseñor Justin Welby Arzobispo de la Iglesia Anglicana, gesto que reconoce la validez de su Sacerdocio.


En la iglesia Pedro no tomó sólo las desiciones, en el primer concilio la tomaron los apóstoles, presbíteros y Comunidad Hechos de los Apóstoles 15, 22-23. Nuestra sucesión Apostólica la Iglesia Veterocatólica, Anglicana siempre la ha conservado y esta nos une directamente con el Apóstol Pedro, Utrecht, Inglaterra y Oriente retuvo la sucesión de obispos y está a continuado hasta nuestros tiempos. Nos caracterizamos por conservar los credos, el Niceno, el de los apóstoles y el de San Atanasio, conservamos los 73 libros de la biblia, los 7 sacramentos, creemos en la Virgen María como madre de Dios y madre  nuestra. Ahora tomemos el Concilio Vaticano II, Decreto Unitatis Redintegratio (Ecumenismo ) Capítulo III Numeral 13. Resa: "Entre aquellas en que las tradiciones y estructuras católicas continúa subsistiendo en parte, ocupa un lugar muy especial la Union de Utrecht, la Comunión Anglicana".

Encuentro entre el Papa Francisco y Bartolomé I Patriarca de Constantinopla donde el Papa se inclinó ante el Patriarca, reconociendo su Primicia sobre esta Iglesia.  

Hermanos en la diversidad la unidad y en las diferencias el respeto. Pues bien nos podemos dar cuenta que hay varias ramas del Catolicismo; Los Ortodoxos, Los Romanos, los Veterocatólicos y Los Anglicanos.

Encuentro del Papa Francisco con el Patriarca Kiril de la Iglesia Ortodoxa Rusa, reconociendo también el Primacía del Patriarca.

Dios les bendiga. El vicario de Cristo es el Espíritu Santo. Juan 15,26; 16, 4-16.

SACERDOTES CATÓLICOS LEGÍTIMAMENTE CASADOS

SACERDOTES CATÓLICOS LEGÍTIMAMENTE CASADOS

Muchos fieles no lo saben, pero el celibato no es un dogma de fe, es decir, una verdad revelada y declarada cierta conciliarmente o mediante la intervención ex cathedra del Sumo Pontífice. Es una disciplina que adoptó la Iglesia latina y que tiene un valor moral y en la Tradición, pero que como tal es una convención cultural, valiosa sí, pero no incontestable. Existen presbíteros y diáconos católicos, en comunión con el Papa de Roma, que están casados y fueron debidamente ordenados, por supuesto, bajo un contexto lícito y definido apropiadamente.

Los sacerdotes diocesanos no hacen un voto de celibato. Éste sólo lo profesan todas las órdenes religiosas, como uno de sus tres votos, obediencia, pobreza y castidad, ligado a la antigua "tonsura" de los hombres. El Catecismo de la Iglesia y el Código de Derecho Canónico sí explicitan que todo sacerdote de rito latino ordenado debe mantener una vida de contención sexual; esto es entendido como un don de Dios para los pastores de la Iglesia, un signo particular de su vocación. No obstante, no es una verdad de fe que para las órdenes sagradas sea inherente un estado de castidad. Los textos bíblicos y patrísticos dan fe de la existencia y aceptación en las primeras comunidades cristianas, de presbíteros con esposa y familia.


Hay que aclarar que la Iglesia, además del rito latino ordinario y extraordinario, tiene muchos más. Están en comunión con el primado de Roma, veintitrés iglesias orientales sui iuris o por derecho propio, por ejemplo, maronitas, greco ucranianos, greco melquitas, católicos coptos, caldeos, que mantienen un rito y disciplinas particulares. Eso incluye permitir el acceso a las órdenes sagradas tanto a monjes como a hombres casados. Por otro lado, los obispos, metropolitas y patriarcas deben provenir de la vida religiosa o ser viudos.

Se da la misma oportunidad para el rito latino u occidental, a hombres en circunstancias especiales, a modo de excepción. Por ejemplo, a ministros episcopales o veterocatólicos con esposa e hijos y que decidan convertirse al catolicismo Romano, se les puede invitar al sacerdocio. También existen los llamados "ordinariatos personales" anglicanos, parroquias conservadoras de esta confesión que decidan en su totalidad entrar en plena comunión con Roma. Se les permite mantener su liturgia y la condición de casados de sus sacerdotes. En síntesis, sí hay presbíteros católicos canónicamente ordenados, que son también lícitamente esposos y padres naturales.